DOS DESTINOS ETERNOS
¿CUÁL ELIGES TÚ?
A pesar de todas las circunstancias que pasamos a través de nuestra existencia, con seguridad podemos decir que la vida es muy hermosa; algunas veces tal vez hemos deseado vivir por años y años; pero lo cierto es que para todos, un día la vida terminará; “…está establecido para los hombres que mueran una sola vez…”, dice la Biblia (Hebreos 9:27).
Por lo anterior, es bueno plantearte las siguientes preguntas:
¿A dónde irás al morir?
¿Son muchas las opciones existentes?
¿Es el cielo el destino automático o final para todos?
La Biblia dice que todo ser humano tiene en vida la oportunidad de elegir sólo entre dos lugares como destino final: El cielo o el infierno.
¿Qué debes hacer para ir a uno u otro lugar? Para ir al cielo debes hacer algo, para ir al infierno, no tienes que hacer nada.
El cielo no es tu destino automático, a menos que resuelvas un grave problema: El pecado que te separa de la gloria de Dios (Romanos 3:23).
No puedes entrar al cielo como eres, hay un solo lugar al que el hombre va como destino automático… el infierno.
El infierno es un lugar real, no imaginario, la Biblia enseña que es un lugar de castigo designado para Satanás y sus ángeles; sin embargo, también será habitado por todo aquel que en vida no tomó la decisión de hacer algo para resolver su problema con el pecado (Mateo 25:41-46; Apocalipsis 20:12-15).
A través de la historia, el hombre se ha engañado a sí mismo creyendo en un infierno donde todo es fiesta y diversión; otros, diciéndose a sí mismos que no existe, que es producto de la imaginación o una herramienta de engaño; pero Jesucristo enseñó que es un lugar real, de completa desdicha, de castigo a conciencia por los pecados, sin ninguna esperanza de alivio. Su duración es eterna (Mateo 14:32; 13:50; 22:13; 24:51; 25:30; Lucas 13:28).
¿Hay algo que el hombre pueda hacer por sí mismo para quitarse tan pesada carga? ¿Hay alguna solución al problema del pecado del hombre? ¡Por supuesto que sí! Pero esa solución no está en una religión, ni es potestad de ningún hombre el darla u obtenerla (Efesios 2:8).
Tu única solución es Cristo Jesús, quien vino al mundo a través de una virgen; vivió, murió y resucitó, para que por medio de Él puedas tener el perdón absoluto de todos tus pecados, el regalo de la vida eterna y la seguridad de que al morir irás al cielo a morar eternamente con Dios.
¿Qué debe hacer una persona para que pueda apropiarse del don de Dios, la vida eterna por medio de Cristo? ¿Qué debes hacer tú?
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En primer lugar, debes reconocer que eres pecador como todo ser humano (Romanos 3:10, Eclesiastés 7:20).
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En segundo lugar, debes obedecer la voluntad de Dios de arrepentirte de todo corazón por todos tus pecados (Hechos 3:19; 19:30).
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En tercer lugar, debes tener fe y creer que sólo Jesucristo tiene el poder de perdonarte.
Dirígete a Dios en oración y pídele en tus propias palabras que te de el regalo de la vida eterna (Romanos 10:9-13).
Toma hoy mismo la decisión de recibir a Cristo como tu Señor y Salvador; será la decisión más importante de tu vida.
¡¡Dios te bendiga!!
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